Hace décadas que nuestro país y la región se ven azotados por la pandemia de abuso de sustancias. La actual pandemia de COVID 19 avivó algunos debates que echan luz sobre aquellas discusiones que venimos sosteniendo por décadas quienes nos dedicamos a la rehabilitación de personas que padecen de adicción.

Cómo no comprender lo que sienten quienes tratan a los pacientes ante la indolencia de los medios masivos de comunicación y la falta total de información de aquellos que se suponen que informan. O peor aún, la banalización de una enfermedad que se lleva diariamente muchas vidas. Nos sentimos identificados con quienes estando en la primera línea de lucha contra la enfermedad no se sienten acompañados por la indiferencia de sectores de la sociedad lamentablemente más amplios de lo que nos gustaría.

En los medios, todos saben sobre COVID, todos saben sobre drogadependencia. En plena pandemia pasamos desde una conductora que tomó dióxido de cloro en cámaras a la actual campaña para confundir vacunas y hacer que el público dude de la efectividad de lo que se les está inoculando. El extremo también fue sobrepasado: llaman a la desobediencia civil con total descaro.

Lo mismo sucede con el consumo de sustancias: “la marihuana no hace nada”, “la droga hay que saber controlarla”, mensajes que tienden a llevar al público a “bajar la guardia”, con la consecuente cronificación y los terribles efectos sobre el sistema de salud.

En un mundo donde se regula la circulación de los ciudadanos con toques de queda y aislamientos intermitentes, en nuestro país se levantan voces contra todo tipo de medida sanitaria como un “ataque a la libertad”. Son quienes defienden la libertad de contagiar y de ser contagiado. Exactamente el mismo argumento de quienes pretenden que la compraventa de drogas es una expresión de la “libertad individual”.

Seremos libres el día en que podamos transitar las calles, juntarnos en las plazas, fiestas y recitales, el día en que podamos abrazarnos, sin la sombra de un contagio que pueda ser mortal para nosotros o un ser querido.

De la misma manera, seremos libres el día en que los desvalores del consumo de drogas queden en un pasado lejano y triste, superados definitivamente por los valores del amor, del afrontamiento de nuestras realidades, de la aceptación, de la solidaridad. Ese futuro sin madres desesperadas recorriendo las calles para encontrar a un hijo perdido.

Imaginen el abrazo que nos vamos a dar esos dos días.

Lic. Sergio Raúl Landini
Psicólogo
M.N. 16.996
Director del Programa Psicológico Asistencial
Valorarte Asociación Civil

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